Vuelta a la rutina sin manchas faciales

 


Aunque nos broncea y aporta vitamina D, gran aliada para los huesos, el sol incide sobre nuestra piel de forma negativa, potenciando la aparición de manchas. Tras el verano, éstas son más visibles porque la piel va perdiendo el tono moreno que ha adquirido. Para disimularlas, el primer paso es realizarte un "peeling" para estimular la circulación sanguínea, limpiar impurezas y lograr que tu dermis luzca más suave y luminosa. Una vez por semana, aplícate sobre el rostro una loción resultante de  mezclar la misma proporción de aceite de oliva virgen extra, azúcar y limón. Al día siguiente, opta por este tratamiento despigmentante natural que mejorará el aspecto de las manchas cutáneas: prepara una mascarilla a base de berros y miel y deja actúe durante 30 minutos antes de retirarla con agua fría.


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