Luz en tu mirada
Cierto es que unos ojos enmarcados en negro y ahumados aportan mucha intensidad y profundidad a la mirada, pero ¿nos queda bien a todas? No siempre, porque tienden a endurecer la expresión y acentúan la sensación de un rostro cansado. Para conseguir unos ojos más luminosos también podemos recurrir a las sombras irisadas o nacaradas en tonos claros, como el beige o el champán. Gracias a su alto contenido en pigmentos perlados, estas sombras tienen una alta capacidad para reflejar la luz. Extiéndelas en zonas estratégicas, como el lagrimal, y comprueba por ti misma cómo tu mirada gana amplitud y nitidez.